Mira que me encantan los libros, pero nunca había entrado a la Biblioteca Nacional ni a su museo, así que, aprovechando que trabajo cerca, decidí pasarme al salir. La entrada es gratuita, lo que no es de extrañar porque la colección no es muy grande y se puede ver en una hora.
Tenemos varias salas que hablan de la historia de la biblioteca y lo que se hace en ella, todo sobre los libros y sus soportes, cosas relacionadas con la imprenta y avances tecnológicos, algunos fascímiles, cosas sobre los cafés literarios y una sala dedicada al Quijote, entre otras cosas. También había exposiciones temporales: una sobre Zorrilla, en el que me gustó ahondar un poco, y otra sobre Francisco de Holanda, figura que no conocía pero que me resultó interesante.
El recorrido no está marcado, pero es muy intuitivo, aunque en ciertas salas se percibe un cierto desorden a la hora de mostrar las distintas piezas, como si las hubieran colocado en el primer sitio disponible que pillaron. También hay muchas piezas que no están lo bastante iluminadas y apenas se ven, una pena. Sí que tienen bastantes pantallas y recursos interactivos y en general la sensación que me quedó es que lo que se muestra es un recorrido por el mundo del libro bastante básico, pero aceptable y capaz de acercarlo al público general, así que recomiendo la visita.
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