Autora: Cristina Caviedes
Editorial: Círculo rojo
Cómo lo adquirí: me lo regaló la autora
Sinopsis breve: varios relatos con un tema en común, el amor, en el sentido más amplio de la palabra.
Cuestiones del marketing que me han llamado la atención: Hay poco que contar. La portada ni me gusta ni me disgusta, la verdad. Viendo los dos libros de Cristina juntos, yo me iba siempre a Jugando con fuego, aunque el argumento de éste me llamaba más la atención.
Esta vez sí hay booktrailer (a veces la visibilidad es un poco mala y resulta difícil leerlo, pero los fragmentos están bien elegidos)
Mi puntuación:
¿Por qué esa puntuación?: la primera duda que me ha surgido ha sido cómo diablos reseñar el libro. No porque no sean historias reseñables, sino porque hay muchas, pero que muchos relatos, y si me hubiera puesto a reseñar como lo hago con los libros de relatos esta entrada sería inmensa. Así que los reseño en conjunto, aunque no será tan personalizado, porque no tengo paciencia para estar adjuntando tantísimas imágenes.
Empezaré diciendo que me gusta la forma de narrarlos, tienen la extensión justa para que no haya paja ni se queden cortos, en mi opinión. Es decir, cada historia tiene diferente extensión en función de lo que necesita. La puta, por ejemplo, es prácticamente una novela corta, mientras que algunos relatos no llegan a las cinco páginas.
Además, cambia el estilo y cada uno es un mundo, así que no se hace monótono.
En general me han gustado todos, algunos más que otros (como en todas las antologías de relatos), como el de la prostituta y el de la caníbal. Y también la de cierto diario de una chica un poco obsesionada, que me ha divertido bastante. ^^ Curiosamente, la historia de fantasía, El imbax, es la que menos me ha llamado la atención, cuando en general las historias fantasiosas son las que más me tiran.
Cuando he dicho que trata el amor en su sentido más amplio, me refiero a que no es el típico amor romántico que te hace suspirar, sino que habla de diferentes facetas, buena parte de ellas bastante pesimistas. Eso para mí es un plus. Además, el libro se lee en un titá y, a mí al menos, me dejó bastante huella.