Género: novela juvenil de aventuras
Autora: Isabel Allende
Editorial: DeBolsillo
Sinopsis breve: Alexander Cold acompaña a su abuela, junto a Nadia, en un viaje a un reino prohibido del Himalaya. Allí, un especialista ha sido contratado para localizar y robar el legendario dragón de oro, una estatua sagrada y oráculo.
Mi puntuación para este libro es...
Autora: Isabel Allende
Editorial: DeBolsillo
Sinopsis breve: Alexander Cold acompaña a su abuela, junto a Nadia, en un viaje a un reino prohibido del Himalaya. Allí, un especialista ha sido contratado para localizar y robar el legendario dragón de oro, una estatua sagrada y oráculo.
Mi puntuación para este libro es...
¿Por qué esa puntuación?: Tenía este libro por casa y, aunque pertenece a una trilogía, decidí darle una oportunidad porque parecía que pertenecerían a una trama independiente. Tal y como parecía, no es necesario leer el anterior (sí recomendable porque te tragas spoilers), aunque sin duda debe ser emocionante como este, así que acabaré leyéndolo.
Es una trama de pura aventura en lugares recónditos, con un toque de magia en muchos casos manifestado en espíritus totémicos, auras, conversaciones con animales... Incluso tenemos la intervención de una tribu de yetis, lo que intuyo que tiene alguna reminiscencia al libro anterior, que debe seguir más o menos la misma estructura y seguirá la línea de reivindicación de la ecología. No obstante, la historia bien podría haber pasado sin muchas de esas cosas más fantasiosas de haber hecho falta, porque los personajes en general se desenvuelven en las situaciones de peligro gracias a su ingenio más que a lo sobrenatural.
Los protagonistas indiscutibles son Alexander y Nadia, aunque tienen también mucho peso el príncipe y su maestro. Kate, la abuela de Alexander, es más bien la excusa para que él y su amiga estén allí, y el resto de personajes también cumple una función muy definida, que resulta un tanto predecible incluso cuando se supone que deben dar la sorpresa. Sin embargo, esa predicibilidad de la trama no significa que no se disfrute, y la verdad es que me ha gustado mucho.
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