Nada más saber de esta exposición en Caixafórum deseé ir a verla, así que, en cuanto pudimos, quedamos para visitarla. Adelanto desde ya que la exposición resultó ser una decepción en toda regla, lo que es una pena, porque me encanta Disney.
Está compuesta principalmente por bocetos e ilustraciones en distintas fases del proceso de creación de dibujos animados (explicado en una pantalla al principio) y algunas pantallas donde se emiten ciertas películas mencionadas en la exposición.
Y queda estructurada en varias secciones. Empieza por los mitos (Fantasía, principalmente), pasa a las fábulas (protagonizadas por Mickey, como El sastrecillo valiente, y Donald), luego a las leyendas (Robin Hood, Merlín el encantador...), después a los cuentos norteamericanos (de los cuales ni he visto ni me suena ninguno) y finalmente los cuentos de hadas (Blancanieves, La bella durmiente y Frozen).
Al margen de que faltan muchas, pero que muchas películas, el espacio dedicado a cada una de ellas es muy escaso y, como ya he dicho, tampoco tiene nada de especial. Algunos de los dibujos son ciertamente curiosos, pero no justifican ni de lejos el precio de la entrada (para el que tenga que pagarlo: yo, por suerte, tengo todavía Carnet Joven). Vamos, que no estuvimos ni 20 minutos, aunque yo desde luego leí todos los carteles.
Por cierto, aunque trate sobre Disney, no es una exposición a la que llevaría a niños. Hay un pequeño espacio donde ellos pueden jugar y tal, pero yo diría que si llevas a un niño se aburrirá como una ostra o querrá sentarse a ver las películas que hay a lo largo de la exposición...
Y queda estructurada en varias secciones. Empieza por los mitos (Fantasía, principalmente), pasa a las fábulas (protagonizadas por Mickey, como El sastrecillo valiente, y Donald), luego a las leyendas (Robin Hood, Merlín el encantador...), después a los cuentos norteamericanos (de los cuales ni he visto ni me suena ninguno) y finalmente los cuentos de hadas (Blancanieves, La bella durmiente y Frozen).
Al margen de que faltan muchas, pero que muchas películas, el espacio dedicado a cada una de ellas es muy escaso y, como ya he dicho, tampoco tiene nada de especial. Algunos de los dibujos son ciertamente curiosos, pero no justifican ni de lejos el precio de la entrada (para el que tenga que pagarlo: yo, por suerte, tengo todavía Carnet Joven). Vamos, que no estuvimos ni 20 minutos, aunque yo desde luego leí todos los carteles.
Por cierto, aunque trate sobre Disney, no es una exposición a la que llevaría a niños. Hay un pequeño espacio donde ellos pueden jugar y tal, pero yo diría que si llevas a un niño se aburrirá como una ostra o querrá sentarse a ver las películas que hay a lo largo de la exposición...
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