Hay un nuevo museo en Madrid y yo no podía dejar de visitarlo, tanto más cuando, por tiempo limitado, la entrada era gratuita. La colección de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson arranca con la historia de la colección y de la familia y da paso a cuadros que van desde Goya hasta el modernismo y el postmodernismo catalán, pasando por una magnífica colección de la época del impresionismo donde destaca Sorolla. Todas tienen algún cartel explicativo y algunas están más desarrolladas en la audioguía.
En la primera parte se muestran obras de Francisco de Goya, Federico de Madrazo y gente de su generación, donde vemos el paso del barroco tardío al romanticismo y el realismo. Luego pasamos al realismo, naturalismo y costumbrismo, tras lo cual hay una amplia zona dedicada a Sorolla y sus maravillosos cuadros, con una variedad que muestra casi todos los ámbitos de creación del pintor.
Finaliza la exposición con el modernismo y postmodernismo catalanes, que son las obras que menos me gustaron, pero ya sabéis que a mí, una vez pasado el impresionismo, es difícil que me cale una obra. Además, para qué engañarnos, llegaba tarde a Literuantes, ya que la visita se había prolongado más de lo esperado (lo cual es bueno, porque significa que había más contenido interesante de lo que pensaba) y esta parte la vi un poco más por encima.
Pero en definitiva, es un museo que merece la pena visitar y en el que puedes pasar tranquilamente una buena parte de la tarde, así que lo recomiendo.
En la primera parte se muestran obras de Francisco de Goya, Federico de Madrazo y gente de su generación, donde vemos el paso del barroco tardío al romanticismo y el realismo. Luego pasamos al realismo, naturalismo y costumbrismo, tras lo cual hay una amplia zona dedicada a Sorolla y sus maravillosos cuadros, con una variedad que muestra casi todos los ámbitos de creación del pintor.
Finaliza la exposición con el modernismo y postmodernismo catalanes, que son las obras que menos me gustaron, pero ya sabéis que a mí, una vez pasado el impresionismo, es difícil que me cale una obra. Además, para qué engañarnos, llegaba tarde a Literuantes, ya que la visita se había prolongado más de lo esperado (lo cual es bueno, porque significa que había más contenido interesante de lo que pensaba) y esta parte la vi un poco más por encima.
Pero en definitiva, es un museo que merece la pena visitar y en el que puedes pasar tranquilamente una buena parte de la tarde, así que lo recomiendo.
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