Género: cómic de suspense
Autor: Michaël Sanlaville
Editorial: Nuevo Nueve
Sinopsis breve: Dos niños han desaparecido y su profesor ha sido asesinado, así que el comisario San Antonio y su compañero Bérurier se infiltran en el colegio.
Cuestiones de marketing que me han llamado la atención: es la adaptación de una novela francesa perteneciente a una serie muy popular en ese país a mediados del siglo pasado.
Mi puntuación para este cómic es...
¿Por qué esa puntuación?:
Sobre las ilustraciones: clásicos tanto en el estilo como en la organización de las viñetas como en el color. Fondos sin detalle (a veces pura mancha de color) y con demasiado texto en las viñetas
Sobre la historia: me pareció curioso el gancho "a medio camino entre James Bond y Torrente", aunque no soy nada fan de Torrente. Sí que veo los paralelismos con este personaje, sobre todo en el personaje de Bérurier: gordo, bebedor, malhablado... aunque se intenta que sea un personaje simpático.
El comisario no se queda atrás. No tiene respeto por nada, es mujeriego, chulo y violento; de James Bond lo que tiene es que viste como un pincel y conduce cochazos y el atractivo.
La trama, por otro lado, es amena. Se juega al despiste, hay giros y está repleta de acción, aunque todo pasa demasiado rápido y es predecible.
Vamos que, a ojos actuales, son personajes de lo más incorrectos y es una curiosidad, pero que no encajará en el público moderno.
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*Este cómic me lo mandaron para reseñar.La reseña original (más extensa, pero en esencia la misma) se publicó en Anika entre libros.
Sobre las ilustraciones: clásicos tanto en el estilo como en la organización de las viñetas como en el color. Fondos sin detalle (a veces pura mancha de color) y con demasiado texto en las viñetas
Sobre la historia: me pareció curioso el gancho "a medio camino entre James Bond y Torrente", aunque no soy nada fan de Torrente. Sí que veo los paralelismos con este personaje, sobre todo en el personaje de Bérurier: gordo, bebedor, malhablado... aunque se intenta que sea un personaje simpático.
El comisario no se queda atrás. No tiene respeto por nada, es mujeriego, chulo y violento; de James Bond lo que tiene es que viste como un pincel y conduce cochazos y el atractivo.
La trama, por otro lado, es amena. Se juega al despiste, hay giros y está repleta de acción, aunque todo pasa demasiado rápido y es predecible.
Vamos que, a ojos actuales, son personajes de lo más incorrectos y es una curiosidad, pero que no encajará en el público moderno.
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