Después de una vida oyendo lo de que se hacían puertas abiertas en el Congreso por el puente de la Constitución, por fin me animé a pegarme el madrugón, algo imprescindible si no te quieres tragar horas de cola. Aun madrugando, estuve más de una hora esperando hasta que pude entrar y agradecí con toda mi alma el chocolate calentito que me ofrecieron tras escanear mi dni y pasar los controles de seguridad. En esa zona había banderas de las comunidades y un photocall con una constitución gigante. Luego, cuando te acababas el chocolate (o el café, o el caldo) ya podías entrar en el congreso por la entrada principal. Había que esperar porque la primera sala estaba ocupada, en el Vestíbulo de Isabel II había una estatua de la monarca y un fascímil de la Pepa. Luego, tras una breve charla sobre lo que íbamos a encontrar y escuchar a un diputado hablando de su trabajo, pudimos pasar a unas salas en desuso que solo sirven ahora para recepciones... Son el Salón de Pasos Perdidos y los Escritorios del Reloj y la Constitución. Lo cierto es que los decorados son espectaculares y hay piezas muy interesantes.
gente por todas partes... pero es bonito |
Luego va lo que todo el mundo quiere ver: el Hemiciclo o Salón de Sesiones. Había un programa de radio en marcha, políticos haciendo relaciones públicas y mucha gente: no había quien se sentara y por más que miré al techo no vi los famosos tiros. Pero es impresionante.
Huí de la prensa, que estaban entrevistando gente, y fui hacia la parte nueva del Congreso para continuar la visita. Esta no tiene tanto interés a nivel visual, porque lo único que tiene es la galería de retratos de Presidentes del Congreso, la sala Mariana Pineda, donde se reúne la Junta de Portavoces, y la Sala Constitucional, donde Google presentaba su aplicación de arte y de recorridos por edificios históricos (la aplicación mola pero ¿...?). Me quedé un buen rato explorando en las tablets la aplicación y viendo la presentación, pero no tardé en volver a ponerme en marcha para ver lo que quedaba.
La sala Ernest Lunch era la última y después nos dieron una mini-Constitución muy mona. También había varios libros por si queríamos llevarnos alguno, casi todos eran jurídicos, pero alguno parecía interesante y me los llevé. También había una exposición sobre Blasco Ibáñez, pequeñita pero interesante, ya que el escritor, además de eso, era parlamentario y llegó a batirse en duelo a pesar de no estar permitido.
En definitiva, no sé si me volvería a tragar la cola otro año, pero disfruté de la visita: me resultó interesante e imprescindible para verla al menos una vez: es historia de nuestro país y un lugar donde se toman las decisiones que nos incumben, así que hay que verlo y me pareció bastante instructivo.
Por cierto, subiré más fotos a instagram, ¡estad pendientes!
Por cierto, subiré más fotos a instagram, ¡estad pendientes!
Yo no lo he visto todavía (sí que he visto Les Corts en Valencia) pero me llama la atención verlo al menos una vez en la vida =)
ResponderEliminarEs interesante, te lo recomiendo
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