Crónica: Presentación de Frankenstein: diseccionando un mito.

Como había tenido una tutoría (sí, casi a mediados de julio) y no me apetecía pasarme la tarde en transporte público, llevaba desde las cinco en una sesión de autotortura que consistía en visitar todas las librerías por las que me topaba sin comprar un ejemplar. Curiosamente, a pesar de visitar una de segunda mano, el Top book, Casa del libro, Fnac y El corte inglés, logré resistir la tentación y lo único que compré fue un marcapáginas lupa para mi madre, que está tan enganchada como yo a los libros de Arsenio Lupin pero que tenía serios problemas para leer la letra minúscula de la edición que hay en casa.

En cualquier caso, la tarde dio para muchos paseos y muchos kilómetros, por lo que cuando llegué a El mono-araña, la tienda de cómics donde se celebraba la presentación (que yo no sabía que existía, a pesar de que trabajo en la calle de al lado) estaba cansadísima. Y para colmo no había nadie, así que seguí con mi autotortura, recorriendo la tienda, hasta que aparecieron.

No estaban todos los autores a los que se esperaba (la lista, en vez de ir en aumento, se redujo), y tampoco vinieron algunos conocidos a los que esperaba ver, pero aun así fue interesante.
La antología surgió cuando los de la película de Frankenstein se pusieron en contacto con ESMATER para hacer una colaboración. En principio tenían que ir con prisas, así que convocaron un concurso anónimo entre los miembros (por primera vez se hacía mediante ese sistema) y dieron menos de un mes para hacer un relato con unas bases muy rígidas: tenía que tratar de Frankenstein (obvio), en un futuro distópico, no demasiado lejano en el tiempo, y sin nada que ver con la película que se iba a estrenar.

Luego el estreno de la película se empezó a retrasar, cambiaron de editorial (de Universo a Kelonia) y por tanto tuvieron que hacer un concurso apresurado entre los ilustradores para la portada. Finalmente salió el libro desvinculado de la película, lo cual parece ser una suerte porque según dicen es muy, muy mala.
Tras contarnos eso se habló un poco de los escritos de los autores y de la acogida que ha ido teniendo y, tras una breve ronda de preguntas, acabó la presentación. No tenía el libro (ni margen para comprarlo), así que me despedí y me marché.