Después de una semana horrible (primero con bronquitis y el viernes con un día espantoso de trabajo) necesitaba un despeje, aunque el día no empezó bien: facebook y google cambiaron la dirección y me mandaron (a mí y a muchos otros) al pueblo de al lado, así que, cuando me di cuenta del troleo, bajo un chaparrón horrible, ya llegaba bastante tarde. Afortunadamente, llegué a tiempo para entregar Incursores de la noche y Eladil a la librería Bravo (Amigos o algo más ya lo tenían, se los mandó la distribuidora) y para acreditarme. Un detalle muy chulo, por cierto, es que todas las acreditaciones tenían una frase de amor diferente en la parte de atrás.
Entramos al enorme salón de actos y nos dieron una revista hecha por el taller literario de la localidad, tras lo cual anunciaron que pasarían un cuaderno en blanco para que entre todos creáramos una historia. Para cuando llegó a mí se había convertido en una mezcla de muchos principios, dedicatorias... así que no estaba claro qué escribir. Pero busqué la forma de salir airosa (y le cargué el muerto de qué hacer a continuación a Ester).
La primera mesa se componía de Kris L. Jordan, Irene Ferb, Encarni Arcoya y Aida Cogollor, que tienen en común que escriben diversos géneros. Fue la mesa que más me gustó, se me hizo muy amena, aunque es verdad que estaba más fresca (todavía no me había recuperado del todo de la bronquitis).
La segunda mesa la componían Mabel Díaz, Cristina Carretero, Samy S. Lynn y Sonia M. Maristegui. Iba de mujeres todoterreno, ya que todas tienen varios hijos y contabilizan numerosas actividades con la escritura. Una vez más se me saltaron las lágrimas con la historia de Samy y su familia.
Después llegó un sorteo benéfico en favor de los enfermos de ELA. Yo solo llevaba una papeleta y no me tocó nada, pero bueno, al menos puse mi granito de arena.
La tercera mesa era de escritoras más nóveles: María Beatobe, Mara Soret, Lorena López Mínguez y María Herrera, que nos hablaron de sus obras y de sus comienzos.
En la cuarta mesa hubo una ausencia (Laura Nuño) y solo hablaron Merche Diolch, Javier Romero y Mar Vaquerizo. Se les notaba la veteranía y hablaron sin pelos en la lengua del panorama editorial.
Con esto finalizó el encuentro y, a lo tonto, yo que fui de las primeras en recoger mis libros de la librería con la intención de irme prontito, me puse a charlar y salí de las últimas. Pero bueno, un día es un día y, aunque de salud no estaba bien, mentalmente lo necesitaba ^^.
Me alegro que lo disfrutaras. Gracias por contarlo. De vez en cuando van bien momentos distintos para desconectar.
ResponderEliminarUn beso ;)
Buf, sí, además en estos eventos siempre desconecto ^^
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