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martes, 3 de junio de 2014

Piratear por piratear

Cada día que pasa la red se vuelve más radical en cuanto a la supuesta "cultura libre". Listas negras que recogen autores y editoriales que defienden sus derechos, gente insultando a los autores porque se niegan a regalarles libros que venden por dos miserables euros, personas entrando en los blogs para exigir a los blogueros que les pasemos gratis los libros que hemos logrado legítimamente...
Francamente, estoy harta. Y más teniendo en cuenta que esos personajes ni siquiera van a leer gran parte de los libros que descargan ilegalmente de forma compulsiva. A veces es el pirateo por el pirateo. Prueba de ello es que, calculo, hay unas 15000 descargas de cada uno de mis libros... y alrededor de 10000 son descargas ilegales. Teniendo en cuenta que REGALO dichos libros en plataformas a las que puede acceder todo el mundo de forma fácil y gratuita, ¿quién duda de que los están pirateando por piratear?
Comprendo que haya gente que descarga ilegalmente ciertos contenidos: a veces te ponen tantas trabas para descargar de forma legal (hazte una cuenta, dame información bancaria, mete nosequé código en nosedónde, instala esto...) que es normal que uno se salte el proceso. También comprendo al que tiene poco dinero y se descarga algo de vez en cuando, especialmente si estamos hablando de sagas en las que te vas a dejar docenas de euros. Yo misma lo he hecho en ocasiones, aunque también es verdad que si el libro en cuestión pasa mi filtro de exigencia me lo acabo comprando.
A los que no entiendo es a los que tienen miles de libros descargados ilegalmente en sus e-readers (una cifra tan alta que resulta más que dudoso que se los logren leer todos), a los que suben bibliotecas enteras a foros y grupos de facebook amparándose en la bandera de "cultura libre" y a los que fardan más cuanto más caro es el libro en papel que acaban de piratear. Pero seamos claros:
1. Hay millones de obras libres de derechos, bien porque han caducado, bien porque los autores deciden regalar sus creaciones. Que nadie que quiera leer gratis me venga con el cuento de que no puede hacerlo legalmente porque es muy caro. Claro, si lo que quieren es leer la última novedad, perfectamente editada, la cosa cambia. Pero no tanto, existen unos edificios que se llaman bibliotecas en las que podemos encontrar el bestseller de turno si tenemos paciencia. También hay innumerables alternativas para leer gratis o a bajo precio: intercambio, segunda mano, bookcrossing...
2. Los libros electrónicos legales no tienen un precio descabellado. Así que, a no ser que se esté en una situación de no tener ni para comer, no me vale la excusa de no tener dinero. ¿Tienen para tabaco, calimochos, cine y viajecitos pero no pueden gastarse 5€ en un libro electrónico... o 15 en uno en papel? Que no me hagan reír, porque la mayoría se gastan más en las rebajas o en noches de farra de lo que les costarían sus lecturas si las adquirieran legalmente..
3. Existe una cosa que se llama derechos de autor. Esos derechos (con s al final, vamos, en plural, hay más de uno) no son sólo el derecho a lucrarte de esa obra a la que has dedicado meses, sino también, entre otros muchos, a controlar la distribución. Imaginad que el libro está ya impreso y a punto de ponerse a la venta. Pues aun con eso el autor puede decidir que no se distribuye y la editorial tiene que apoquinar (el autor deberá pagar los gastos de impresión..., nada más). Con el electrónico pasa igual. El autor decide cuándo, cómo y dónde se distribuye su libro. Eso significa que si el autor decide regalar su libro durante tres días, ningún lector que quiera ese libro fuera de ese plazo tiene el más mínimo derecho a exigirlo gratis a dicho autor, tanto menos a un lector que lo descargó gratis en su momento.
Asimismo, si un autor habilita una serie de plataformas para que te descargues su libro, tanto más si la descarga es gratis, cualquier descarga al margen de dichas plataformas es, además de absurda (te arriesgas a virus...), ilegal. Por no hablar de chanchullos varios como cambiarle el formato. Si un autor decide que su libro se distribuye en pdf y sólo en pdf, pasarlo a .epub o .moby tampoco está permitido. Nadie tiene derecho a hacer la famosa conversión. Tanto menos a distribuirla. Y ya que alguien te venga con toda la cara dura del mundo y te diga que tu libro se lee mal... es para tirarse de los pelos. ¿Te lo descargas ilegalmente, en un formato no autorizado, y encima le recriminas al autor que lo ha editado mal? Lo dicho, los niveles de absurdo llegan a unos puntos...
Francamente, yo, como autora, no voy a ir por ahí regañando a la gente por descargar mi libro ilegalmente, por convertirlo y por mil cosas más... pero me duele mucho que se llegue a eso por varios motivos:
  • Regalo el libro. No me lucro con él. Mi única recompensa es saber cuántos lectores reales tengo (también es de agradecer si dichos lectores me dan su opinión después, para poder mejorar mi forma de escribir, o recomiendan mi obra si les ha gustado, pero eso es un extra) sin tener que hacer cálculos y extrapolaciones para llegar a cifras aproximadas (que probablemente estén por debajo del nivel de descargas reales, por otra parte).
  • Algunos de los sitios desde los que se puede bajar mi libro de forma ilegal tienen publicidad. Eso significa que los propietarios de la página se están lucrando de una obra por la que yo no he recibido ni un céntimo, porque la he puesto a disposición de todo el mundo gratis con toda mi buena voluntad. Me parece muy fuerte que el autor no se lucre de su obra y que otra persona lo haga a su costa y sin permiso.
  • Ni siquiera son capaces de escribir mi nombre correctamente en los enlaces de descarga. Lo cual ya me parece el colmo de los colmos. Otra muestra más del poco respeto que tienen por los autores.
  • No puedo facilitar más las cosas. Lo he subido a innumerables plataformas (muchas ni te piden registro antes), lo he puesto en dos formatos que pueden leer todos los lectores. He invertido horas en optimizar los libros para que los lectores puedan descargarlos de forma cómoda y segura. Todo para ver que ha sido en vano y para que encima me vengan con que ahora tienen un virus por mi culpa, que no hay ni un acento (algunos conversores los eliminan) o cualquier patochada similar.
4. Eso de que si no hay lucro no es ilegal es un bulo. No porque vulneres el derecho al lucro del autor, sino porque vulneras, como ya he explicado, otros derechos que también les pertenecen. De modo que tanto el que carga el libro sin permiso como el que lo descarga están cometiendo un delito. ¿A que eso no lo sabíais?
5. Hacer un libro cuesta un pastizal. El autor tiene que invertir mucho tiempo, a veces meses. Si ese trabajo fuera remunerado, serían miles de euros (y la mayoría no alcanza esa cifra con su porcentaje de derechos ni de lejos). Una editorial también invierte mucho tiempo para que quede perfecto, por no hablar de que traducir, corregir, maquetar... y por supuesto imprimir, si es en papel, cuesta un dineral.
Imaginad que montáis un negocio con todos vuestros ahorros, y no llegáis a fin de mes porque ciertos individuos os van robando sistemáticamente los productos que vendéis. Imaginad que vuestros jefes no os pagan los sueldos, aunque estáis trabajando más de ocho horas diarias y os esforzáis por producir algo. Pues eso mismo es lo que siente un editor, o un escritor, cada vez que se encuentra con el problema de las descargas ilegales. No se llama pirateo por nada, señores. Se llama pirateo porque se está robando el fruto del esfuerzo de otros.
Sólo son unos céntimos, dirán. Sólo unos céntimos multiplicado por miles de caras duras suman un sueldo digno y bien merecido.
6. Ese bulo de que se fomenta la cultura con las descargas ilegales es absurdo. Si un autor no gana lo suficiente porque la gente descarga ilegalmente sus libros tendrá que trabajar en otra cosa para vivir. Si tiene que trabajar en otra cosa para vivir tendrá menos tiempo para escribir. O, directamente, dejará de hacerlo. O no se molestará en hacer ese trabajo público, porque no le gusta que le roben o se lucren a su costa. O la inspiración se volatilizará. ¿Resultado? Más escritores desmotivados que se hartan o que tienen que dejarlo por no poder vivir de ello, ergo menos cultura o, al menos, menos cultura de calidad.
Por otro lado, si un editor tiene que invertir miles de euros en correcciones y, gracias a las descargas ilegales, se encuentra con que no los podrá recuperar, dejará de invertir tantos miles de euros en corregir. ¿Resultado? Una bajada de calidad en las publicaciones. ¿No os habéis fijado en que cada vez hay más erratas y gazapos en los libros? Dadles las gracias, entre otros, a las descargas ilegales. ¿Para qué invertir tanto en algo que no voy a amortizar?
En definitiva: cometen delitos con excusas que no hay por dónde cogerlas, no respetan nada (ni siquiera a los autores a los que supuestamente respetan porque regalan sus obras, ya que vulneran otros derechos de dichos autores) y encima lastran la producción de cultura. No contentos con ello, insultan a los autores y editores, los meten en listas negras e intentan ennegrecer su imagen a toda costa por hacer su trabajo y defenderlo. Lo que es peor, encima el resto de la sociedad les mira con amabilidad, les apoyan y ayudan a que sus bulos se generalicen repitiendo sus consignas. Lo dicho. Cada día estoy más harta.
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3 comentarios:

  1. Muy buen post, la verdad que cuando comencé en este mundo virtual, me descargaba todo lo que encontraba. Luego con mis cuatro neuronas, me pese a pensar y pensaba, WTF, que estoy haciendo si no leo en el PC, y bueno, me remplantee todo este tema y cuando tuve el lector, ponía lo que en verdad quería leer. No me enloquece mas el tema. En cuanto a comprar prefiero hacerlo en físico, tengo el Kindle y aprovecho las ofertas gratuitas. Es un tema de no acabar, piensa también en las blognovelas que piratean, es una lastima que todo este hermoso mundo se corrompa pero ni modo, es lo que hay. Besos.

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  2. Estoy de acuerdo contigo, pero a medias.
    Me parece absurdo eso de descargar 1000 libros así porque sí. Como has dicho, no creo que la persona que se los descargue los valla a leer. Tampoco creo que a una persona a la que le guste leer de verdad, y le gusten los libros, por muy "gratis" que los pueda encontrar por internet, no compre alguno. Yo los prefiero en papel, mil veces, pero no siempre es posible.
    El echo de recriminar al autor ciertas cosa, virus y demás, me parece de risa y de cara dura. Increíble. En cuanto a pérdidas y demás, creo que la cosa es más complicada que simplificarla con que la piratería tiene la culpa de todo. Pasa como con las películas, no todo el que ve películas pirata, tenía pensado verlas en el cine, en caso de que no estuvieran en Internet. Pues creo que con los libros pasa lo mismo. La gente se descarga muchísimo, pero eso no quiere decir que cada libro que se descargue, es un libro que no se ha vendido. Sí, quizás, una pequeña parte.
    En cuanto a los precio: pues la verdad es que hay varias opciones, como la biblioteca o los libros de segunda mano, que suelen ser bastante baratos. Pero sigo creyendo que el precio de los libros nuevos, en ocasiones, es bastante elevado, y aunque se ponga la excusa de la piratería para justificar precios y, como has dicho, erratas en los libros, creo que los que no descargan no tienen que pagar por todos, y comprar un libro con erratas o muy caro.
    Y por último, estoy totalmente de acuerdo con que los autores se quejen, por que es su trabajo y su tiempo. Supongo que las editoriales tendrán que buscar soluciones, porque echando balones fuera no se soluciona nada.
    De todas formas, buena reflexión.

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    Respuestas
    1. Sólo hay que ver las cifras... Se venden 0,6 ebooks por ereader, y las ventas de libro papel han caído en picado (parte por la crisis, pero buena parte por la piratería).
      El problema es que la piratería se retroalimenta. Más de una vez me dicen "pues piratéatelo", digo que yo no pirateo y me miran raro. Hasta que no se cambie esa mentalidad, incluso la gente que no quiere piratear se sentirá tonta por ser la "única" que paga por los contenidos.
      Y sí, parece una pequeña parte, pero una pequeña parte de millones es una parte muy grande. Una parte lo bastante grande para hacer que la calidad baje en picado. Por supuesto que pagan justos por pecadores, lo que lleva de nuevo a la retroalimentación de la piratería. Pero si los justos en vez de reírles las gracias a los pecadores les echaran la bronca otro gallo nos cantaría.

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