Andaba yo hablando por facebook con Anna Karine, poco después de reseñar
Tardes de otoño cuando de repente me entero de que la pobre se
pensaba que no me había gustado el libro y que le había puesto bueno por no ponerle la puntuación mínima. Naturalmente me quedé
flipada, porque me gustó un montón y de hecho tenía pensado comprarla en algún momento (aunque por desgracia ya no está a la venta). Según parece, le había dado la impresión de que sólo decía lo negativo y no lo que hacía que el libro no fuera bueno.
Eso me hace entender comentarios de otros autores españoles que han pasado por el blog y se han encontrado reseñas de sus libros, parecían un poco decepcionados aunque las puntuaciones no bajaran del entretenido.
Releyendo la reseña, me di cuenta de que decía cosas negativas, pero también positivas (si dices que te mantiene pegada al libro muy mala no debe ser la historia ¿no?), aunque bien podía ser que si lo lees de carrera acabes pensando que lo negativo eclipsa a lo positivo. Por otra parte, suelo seguir la estructura positivo-negativo-positivo a la hora de hacer las reseñas (fruto de mis clases de psicología social...) y es posible que me extienda excesivamente en lo negativo, que al quedar en medio destaca más. No sé, es una posibilidad.
También hay algunos comentarios que podrían considerarse negativos pero que resultan ser todo lo contrario para mí. Por ejemplo, cuando afirmo que es un libro poco convencional o que los personajes no son los típicos, para mí es un punto a favor pero puede haber gente que se lo tome como un punto en contra. Además, hay veces en que los personajes principales me caen mal y eso para mí es un logro si el libro me ha calado de verdad, a pesar de mi manía a sus protagonistas.
Lo cierto es que después de eso me emparanoié y, releyendo todas mis reseñas, me he dado cuenta de que
soy un poco dura, incluso a veces con los libros que me han parecido memorables (véase mi primera frase en la reseña de la memorable
Susana & Co: "Las primeras páginas me parecieron un rollo"). Pero
mi puntuación siempre, siempre, se ajusta a lo que me ha inspirado el libro. Si pongo bueno es que es bueno, que merece la pena comprarlo, y las cosas negativas son lo que no hace que el libro sea absolutamente perfecto, o al menos yo lo entiendo así.
Además, supongo que sólo hay que
leer por comparación la reseña de un libro pasable o un "Lo leí por fuerza de voluntad" para darse cuenta de que en el fondo soy crítica en proporción a mi puntuación (si alguien escribiera lo que yo escribí de
La duquesa y el capitán o de
La rosa y la calavera sobre una de mis novelas, me replantearía seriamente mi carrera como escritora, y eso que Jude Deveraux tiene libros que están entre mis favoritos y que los libros de la Dragonlance suelen gustarme).
En cuanto a lo positivo... muchas características de la narración sólo brillan... cuando están ausentes. Me explico: cuando un libro está bien escrito, a no ser que tenga una prosa de esas que te quedas sin aliento según vas leyendo, es algo que pasa desapercibido. Ahora, como el libro esté mal escrito, es imposible no notarlo. Igual pasa con el desarrollo de los personajes: sólo lo percibes cuando son personajes planos o cuando están tan bien desarrollados que en un par de palabras te haces una imagen mental de ellos y de su forma de ser. Naturalmente, estas características tan sobresalientes en la narración se dan en uno de cada cien libros, más o menos, lo que no quiere decir que los demás no estén bien escritos (y ya sabéis que si están mal no dudo en decirlo).
A mí me gusta que en las reseñas o en los comentarios sobre mis relatos que hace la gente no sólo se ponga lo bueno, sino también lo malo, porque lo considero una oportunidad de ver en qué fallo y mejorar, pero entiendo que haya gente que no piense lo mismo. Además, siempre me han dicho que soy demasiado sincera con todo y es uno de mis mayores defectos, al parecer.
En definitiva, ¿todo este rollo para qué?
- Primero, para hacer entender a los que hayan podido sentirse mal por mi crítica que no era mi intención y que si pongo bueno, o memorable, o entretenido, es que me lo ha parecido realmente y no porque me dan pena. No se me ocurriría. También lo digo: si leo un libro de un escritor novel que no me gusta, antes de colgar reseña le mando un privado con lo que pienso y le pregunto. Tampoco es plan de ponerles mala nota y condicionar a futuros lectores con mi opinión, que no deja de ser eso: una opinión, a no ser que ellos piensen que cualquier publicidad es buena, aunque sea negativa.
- Segundo, para preguntaros a vosotros, que en definitiva sois los que leéis las reseñas ¿Creéis que soy demasiado dura? ¿Debería "edulcorarlas"? Mi sincera opinión es que no, porque ya no sería tan sincera ni yo misma, pero quién sabe, lo mismo queréis leer menos crítica y más elogios...