Llegué, como siempre, corriendo (calculé bien el tiempo de trayecto... lo que no tuve en cuenta es que iba a tener un andén interminable y, después, una calle más interminable aún), cargada con mi maleta (con varios ejemplares de Incursores de la noche y Atrapada en otra dimensión), y tras saludar a la gente conocida me fui directa a dejarle los libros al librero (sí, ya sé que no son romántica adulta pero... por si acaso. Además, Incursores de la noche podría englobarse dentro del romance... juvenil).
Por supuesto, estuve casi al final de la cola para coger las acreditaciones y los regalitos (dos libros, un manual de seducción, una chapita muy cuca y varias cosillas más), pero por suerte avanzó rápido y pude entrar y sentarme (mejor dicho, desplomarme) en la silla.
Primero hubo una breve presentación del encuentro a cargo de Arlette Geneve (la de la izquierda... la de la derecha es Merche Diorch, la organizadora del tinglado: hice más fotos pero salieron fatal...) seguida de la mesa Voces masculinas en la romántica con Blue Jeans (aún no leí nada de él), C. Juan Pérez de Tudela (su libro me llama muchísimo la atención), Javier Romero (que de momento no tiene nada publicado con editoriales, pero cuelga cosillas en su blog) y Yolanda Quiralte (sí, una mujer, pero que hizo un libro con voz masculina: Mauro. Me quedé con las ganas de comprarlo, pero cuando lo trajeron por la tarde ya había agotado mi limitadísimo presupuesto). Se habló del punto de vista masculino, así como de los libros de los autores de la mesa.
Sí, la foto de esta mesa también salió un poco mal... |
Un pequeño descanso después, tras comprar los dos libros que quería desde hacía tiempo (Ardiente verano y Romance inmortal) y conseguir que las respectivas autoras me los firmaran, además de pillar a Megan Maxwell para que me firmara también los que traía de casa (tonta de mí, me olvidé el de Olivia Ardey), empezó la mesa Autores españoles: ¿apuesta editorial?, compuesta, como es evidente, por editores (de Pàmies, Versátil y Nowevolution) y el responsable de comunicación de Terciopelo. Creo que fue de las más interesantes, porque hablaron del panorama actual de la romántica.
Esta salió mejor, salvo por las inevitables cabezas... |
Entre unas cosas y otras ya íbamos con retraso y no hubo foto de familia. Nos fuimos a comer (fuera, yo no tenía pasta para comer en el hotel...) y al rato volvimos. El librero estaba ya recogiendo y me devolvió todos mis libros (era evidente, y más estando atrás del todo, medio escondidos), lo que me ocasionó unos cuantos problemas logísticos en mi maleta, que con los regalos y mis compras ya estaba un poco... hasta el borde.
Cuando volvimos a entrar empezó la siguiente mesa: El camino del escritor, con la editora de Ediciones B, Pilar Cabero, Anna Casanovas y Regina Roman. También se contaron bastantes cosas interesantes aquí.
Esta también salió un poquito mal... qué novedad. |
Luego vino lo que más me interesaba a mí, el fallo de 150 rosas, porque mandé un relato. Una mención a los finalistas (varios en el encuentro) y una emotiva llamada a la ganadora en directo después, salí disparada a por el cuadernito con la plica y ¡ahí estaba mi nombre! (y a comprar el libro con el dinero de mi reserva de emergencias, por supuesto ^^).
Pensaréis que qué bien está esta foto... pues es la única que no he tirado yo. Estaba tan nerviosa por el fallo que se me olvidó XD |
Después hubo un descansito (en el cual, como ya he dicho, di saltitos, compré el libro y aproveché para comunicar a todo ser viviente con el que me topaba (aunque no me conociera) la noticia (me hizo mucha ilusión). Y el encuentro finalizó con la mesa El boom de la erótica, moderado por Noelia Amarillo y con Noe Casado y Megan Maxwell (el título está claro, así que no explicaré de qué se habló).
Finalmente, y tras unos sorteos (no me tocó nada de los generales, pero sí el libro Cuarentañeras, de Regina Román, que se sorteó entre los blogueros y del que ya hice la reseña) se dio por finalizado el encuentro, no sin antes fallarse los premios AURA (que elegimos los propios escritores asistentes) y darle un detallito a las organizadoras.
Me fui a casa poco después. Tocaba madrugar al día siguiente para el Chibi Japan Weekend y estaba agotada.
Otras crónicas:
Me hubiera encantado ir, pero no pudo ser. ¡A la próxima!
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