A veces una no puede evitar simpatizar
con los malos de las historias. Dejando a un lado sus intenciones,
los pobres han invertido un montón de tiempo y esfuerzos en elaborar
planes que invariablemente se ven chafados por gente a todas luces
inferior a ellos.
Los autores puteamos a nuestros malos,
lo hacemos hasta tal punto que mentes brillantes y magníficos
estrategas quedan completamente hundidos (o muertos) al acabar la
historia. Yo soy la primera que lo hago. En una de mis historias
puteé tanto a mi malo que, a mitad del libro, no me quedaron más
que dos opciones factibles: o cargármelo o convertirle en un títere
sin encanto. Obviamente, me lo cargué. No se merecía menos que morir con dignidad, aunque le diera un giro a la historia que me puso de los nervios.
Pongamos un ejemplo clásico: el pobre
Sauron forja un anillo de poder en secreto, engaña a todo el mundo y
está a punto de conseguir sus objetivos cuando un humano tiene la
suerte de cortarle la mano. Justo la mano en la que tiene el bendito
anillo, que manda narices. Años después, el pobre vuelve a
despertar. Ya ni siquiera contaba con su anillo pero, aun con esas,
arma un ejército y pone en jaque a todas las naciones de la Tierra
Media... solo para que un estúpido hobbit (odio a Frodo: Sam tiene
todo el mérito, en mi opinión) que ni siquiera es capaz de acabar
lo que empezó lleve el anillo al Monte del Destino y, otra vez la
mala suerte, este sea destruido porque Gollum cae a la lava... ojo:
no se tira, se cae.
También, en Death note (empieza
spoiler) a pesar de que Light estaba en mi lista negra por cargarse a
L, para mí uno de los mejores personajes de todos los tiempos,
reconozco que se merecía ganar y no caer en la trampa de Near, un
niñato inferior a L en todos los sentidos. Además, reconozco que
sus ideales tenían bastante encanto (fin del spoiler).
Eso, por no hablar de otros como
Galbatorix, Makoto Sishio o incluso Darth Sidius, que a pesar de que
tienen las de ganar se ven derrotados invariablemente por alianzas
rebeldes y personajes heróicos que, en el fondo, no les llegan a la
suela de los zapatos en lo que a poder ser refiere (no estoy
despreciando a esos héroes, que conste, tiene mucho mérito ganar a
alguien más fuerte que tú pero... digamos que no es muy justo,
viéndolo desde un punto de vista objetivo).
No simpatizo con todos los malos,
cuidado. Solo con los que se lo curran de verdad. Por ejemplo,
recientemente me encontré viendo la peli de los pitufos. No me gustó
nada; Gárgamel es un ejemplo paradigmático de lo que no debe
ser un malo: torpe, repulsivo y, lo que es peor, con unos planes que
están destinados al fracaso desde el inicio. Tampoco me gustó, por
ejemplo, la diosa Tahkrisis de la Dragonlance. Al menos, hasta que
empezó a organizar a sus ejércitos como ejércitos y no como hordas
sin directrices. Y aun con esas, invariablemente, siempre era
derrotada por la mala suerte y por mortales, nada menos.
También tenemos a los típicos malos
que consiguen orquestar un plan perfecto y mueren porque se regodean,
dejando tiempo suficiente al héroe para escapar y arruinar sus
planes. Aunque esos no me dan tanta pena. Se lo merecían. Eran
débiles de carácter.
¿Y a vosotros? ¿No os da pena ningún malo?
Sin duda hay muchos malos que me dan pena, pero el malo que más pena me da y me dará será Jareth en Dentro del Laberinto, aún no entiendo como la tía le rechaza....¡¡¡no entiendo!!! Y como bien dices en la historia de Death Note yo creo que la mayoría estábamos con Light e.e
ResponderEliminarAsí que me vengan a la cabeza son con los que más he simpatizado, pero no dudo que haya muchos más. ¡Un genial entrada y muy original por cierto!
ja ja! Que buen post!!
ResponderEliminares que los malvados se llevan todo el peso de la historia, ellos maquinan todos los problemas sin descanso y los buenos solo tratan de solucionarlo y siempre con ayuda. Hay muchos malvados entrañables que odias y amas al mismo tiempo, son imposibles de olvidar!!
Besos
jejeje es la primera vez que oigo a alguien sentir pena por Sauron! me ha gustado mucho este artículo, tienes un gran sentido del humor, enhorabuena!
ResponderEliminar