El Monasterio de las Descalzas Reales era uno de los pocos lugares de Patrimonio madrileños que me faltaba por visitar, pero como es visita guiada con cita previa, y hay tan pocas plazas, me había resultado imposible hacerlo hasta que tuve un día libre entre semana.
Mirando esos muros tan sobrios es difícil hacerse una idea de lo que puedes encontrar en su interior, aunque saber que fue fundado por poderosas mujeres de la realeza que vivieron en él y que las monjas que lo habitaban eran de todo menos pobres te va abriendo la boca.
Aun así, no estaba preparada para un interior tan espectacular, que empieza con unas magníficas escaleras pintadas de manera soberbias y pasa por numerosas capillas y estancias plagadas de obras de arte preciosas, tapices y, en general, lo mejor de su época.
En el convento sigue habiendo monjas, debidamente separadas de las visitas, ya que es un lugar gigantesco y solo está abierta al público una pequeñísima parte. La visita guiada es de una hora, más o menos, y al menos mi guía lo hacía muy bien, contó un montón de curiosidades y se notaba que dominaba el tema.
Vamos, que es una visita imprescindible, aunque requiere planificación previa porque hay que reservar con bastante antelación.
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Tiene que ser un sitio chulo de visitar.
ResponderEliminarSaludos