sábado, 30 de septiembre de 2023

Medea, de Luigi Cherubini, en el Teatro Real

Hace un par de semanas, se hizo el preestreno joven de esta ópera en el Teatro Real y me dio mucha rabia no poder asistir. Por suerte, conseguí entradas de último minuto (en primera fila, increíble) y pude verla en el pase normal.
Esta ópera francesa (aquí sí me hacía falta tirar de subtítulos, lo cual me fascina, porque de italiano no tengo ni papa, pero supuestamente me defiendo con el francés, y en óperas italianas no los necesito tanto), de compositor italiano, se escribió poco después de la Revolución Francesa y está basada en la obra de Eurípides que todos conocemos: para conseguir el vellocino de oro, Jasón se sirvió de Medea, que traicionó a su familia por él. Conseguido su objetivo, decide abandonarla para casarse con Dirce, la hija del rey Creonte. En venganza, Medea mata a Dirce, y a sus propios hijos, incendiando la ciudad.
Por supuesto, que el desenlace sea una madre asesinando a sus propios hijos es controvertido y había, en los incisos, varios textos hablando de la gran cantidad de niños que mueren a manos de sus padres, así como la declaración de los derechos del niño. También la narrativa me parece brillante, porque te ponen en antecedentes con texto y escenas mudas antes de que empiece la parte cantada (que también tiene alguna frase hablada).
La actuación me pareció soberbia, sobre todo en la parte femenina. Los hombres cantaban bien, pero no era tan espectacular. Luego me enteré de que Saoia Hernández es la María Callas de este siglo, pero Marina Monzó también estuvo estupenda como Dirce. Además, había personajes silenciosos, como los propios niños o las furias
En cuanto a la ambientación, que combinaba lo mítico y lo moderno de forma muy orgánica: el vestuario era moderno (los hombres con traje militar o de fuerzas especiales, las mujeres con trajes chaqueta con aire atemporal, salvo algunas excepciones como Dirce con su vestido o los niños vestidos de adolescentes malotes) y toda la escena se realizaba en torno a un ascensor con escaleras, todo de hierro, con un piso que subía y bajaba según necesidades.
La verdad es que me metí mucho en la historia y me pareció genial su desarrollo y desenlace. Otra más que va al cajón mental de los "me ha encantado".
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