De qué va: la empresaria afroamericana C. J. Walker forjó un imperio de productos para el cabello que la convirtió en la primera mujer millonaria hecha a sí misma.
A mí me ha parecido: bueno (4/5).
Por qué: Es una historia real, pero está muy bien contada y gracias a ella podemos ver a qué prejuicios y a qué obstáculos se enfrentó esa mujer. No solo era una mujer humilde, sino también de color, lo que hizo que, además de al machismo, tuviera que luchar contra los prejuicios raciales.
Cierto es que tuvo la suerte de que su marido la apoyara a pesar de todo al principio, aunque luego él no llevara bien su fama, pero aun así le echó mucho valor yendo hacia adelante a pesar de todas las dificultades que encontró en su camino. Desde que empezó como lavandera hasta que logró ser millonaria, conocemos todos los hitos de su carrera meteórica y su relación con la rival a la que inicialmente robó (y mejoró) la fórmula, con su familia y con la gente más próxima.
El problema que tiene la serie es que resulta muy difícil conectar con la protagonista. Está obsesionada con su objetivo de triunfar y eso lo empaña todo; no hay profundidad en sus sentimientos, y se muestra poco empática incluso con la gente más cercana. No tengo claro si es porque ella era así en la realidad o porque la serie es demasiado corta y quiere contar demasiadas cosas, así que se ha centrado en la faceta más profesional y se ha olvidado de ahondar en sus sentimientos y conflictos.
Tampoco es que ahonde demasiado en los demás personajes, aunque algunos como la hija o la rival tienen bastante potencial. Así pues, es una serie interesante para conocer cómo una mujer corriente llegó a lo más alto, pero no cala en absoluto.
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